Viajar, además de habilitar el conocimiento sobre un territorio específico, también posibilita el encuentro con otras personas. Ese encuentro puede ser momentáneo, un pasar, una palabra, pero también puede implicar el comienzo de algo. Esos encuentros prosperan en general sobre todo cuando una viaja sola, porque aunque no parezca, al menos así lo vivo yo, me dispongo a la mirada y escucha atenta de todo lo que pasa a mi alrededor.
Yo estoy convencida de que uno de mis propósitos recientes es ir identificando en el camino, en mis viajes, a esas mujeres que yo he nombrado “Mujeres con fuego en el corazón”. Identificarlas es fácil: tienen un brillo propio en sus ojos y en su piel, único, que no radica en su belleza exterior, aunque también pues con el tiempo entendí que hay bellezas que se espejan en el cuerpo, sino sobre todo, por lo que sucede en su interior. Es esa belleza que mana como el agua, se desborda, porque ese brillo es el de su alma.
El fin de semana pasado dí con una de ellas!! Porque mi vida es así, tengo tanta suerte al encontrarlas y mostrarme de manera simple lo que son. Su nombre es Yessi, Yessica. Ella es delgadita, delgadita, con su cabello largo castaño, sus lentes al estilo Jhon Lennon y una sonrisa espectacular. Ese día vestía como una exploradora al estilo guardaparques y rápido entendí que sería una de mis guías en la caminata que nos llevaría a conocer Pozos Azules en Sierra de las Ánimas, en Maldonado, Uruguay.
Imaginen a esta mujer de 100 kilos a la que le dicen, vas a hacer un camino de 4 horas a una Sierra para encontrar un pozo de aguas azules. Entonces miro la sierra y me digo: “Todo bien, yo bailo salsa y zumba un montón, pero conozco mis límites, soy muy torpe al caminar, tengo un par de esguinces”, en síntesis, los desafíos físicos siempre me dan miedo, porque en mi cabeza resuena esa vocecita que me dice, no vas a poder, vas a retrasar al grupo, ¿y si te caes, cómo te sacarán del sitio? etc., etc., etc. Y ahí estaba ella, con ese tono suave, amable, educado, ese que te hace sentir bienvenida y que ante mis dudas, me calma y me dice: “Esta experiencia es la más tranquila, iremos al ritmo de todos y nosotros estamos para ayudarlos”. Y así fue, siempre que los necesitamos nos dieron la mano, nos mostraron cómo sentirnos seguros en las piedras, cruzando los ríos, subiendo alguna pendiente.
Caminar con Yessi fue un placer. Desde el inicio me dijo: “Yo no dejo de maravillarme”, y te das cuenta de que es así, cuando toca suavemente una hojita, cuando observa algún animal, al mostrarnos los árboles de yerba mate, las grietas de la montaña, al sentirse condolida ante un árbol caído, ella sin dudas, ama su lugar, esos caminos, esas sierras. Compartimos ese amor, ese maravillarnos por la naturaleza. Puedo pasar horas viendo el cielo, el mar, y un árbol con su entramado. Y justo ahora que estoy en el medio del campo, en una casita rural, intento respetar la máxima de no matar a ningún ser vivo. Ya me topé con la primera araña en la ducha y dije, así como vino se va a ir, no te está haciendo nada, y así sucedió. Y bueno, la ventaja del invierno es que los bichitos están tranquilos, escondidos. Ya veremos cómo se transforma el paisaje durante la primavera. Desde ya emocionada imaginándolo.
Al término de nuestra caminata y con el hambre instalada en nuestro cuerpo, nos dirigimos al hogar de Yessi. Resulta que ella junto a Agustín, su pareja, tienen un pequeño restaurante llamado Vieja Rómula. Este lugar mágico funciona en la casa que ella heredó de su abuela quien la construyó hace 100 años. ¿Entienden ahora la fuerza de ese linaje? Ese día, cocinaron para 8 personas, nos deleitaron con un pescado de la zona y ricas empanadas, un delicioso pie de limón casero recién hecho y nos ofrecieron una rica infusión con Marcela, sí hija, acá hay una yerba que se llama Marcela y es un tizana deliciosa.
Y basta con recorrer la casa para darte cuenta del futuro que tienen estos jóvenes emprendedores, pues ella aún no alcanza los treinta años. Nos mostró un libro donde guardan registro de la visita de la bisnieta de Darwin porque él exploró estos caminos. Te vas encontrando pinturas y detalles en cada pieza porque Yessi también pinta, y escribe como yo y ama la música, entonces hay instrumentos musicales por el lugar.
También puedes encontrar los productos de otros emprendedores, los de Carlos, por ejemplo, que también es un caminante y guía y trabaja la madera. Porque acá en la sierra todo es así, hay cooperación y compromiso en ayudarse los unos a los otros.
La historia de amor entre Yessi y Agustín también es digna de contar, pues ambos son nómades. Cuando llega el invierno se van a recorrer otros lugares de América Latina. Él es maestro y cocinero y en esos caminos llegó a Venezuela y trabajó en un orfanato en el 2017, año en el que los venezolanos salían a mares por la escasez. Resulta que un día volvió a Nueva Carrara y allí se encontró con Yessi y se enamoró, pero él siguió su camino hacia México, sosteniendo el contacto con ella a través de las redes sociales. Un día, estando Yessi en su trabajo le dijeron que un Agustín la buscaba en la puerta. Y ella decía, deben estar equivocados, si él está en México. Pues Agustín no se aguantó más y se vino con un ramo de flores a buscar a Yessi y desde ese día, hace ya 6 años, no se separaron más. Él tiene ahora su vivero que nutre el restaurante, y ella alaba con admiración los platos de Agustín.
Cuatro días después volví a encontrarme a Yessi. Esta vez en el lanzamiento del Gran Parque Carapé, allí estaba, ofreciendo sus productos, ayudando a todos a mostrar sus saberes. Ella es parte de las emprendedoras que está apoyando el proyecto y será sin dudas, uno de los talentos indispensables para que el gran sueño se haga realidad. Un área de conservación de más de 400.000 ha en todo Maldonado. La miro a ella y me digo, no hay nada que las mujeres con fuego en el corazón no podamos lograr, al menos lo intentamos, siempre lo intentamos!! y entonces mi corazón resuena ante la certeza de que el riesgo también valió la pena.
Estoy súper feliz, dispuesta a seguir buscando y ojalá encontrando a más Yessi´s por este maravilloso mundo!!! Que así sea!!!
Laura querida , tú también eres esa mujer con fuego en el corazón, vas encontrando y conectandonos. Eres una red que nos une y conecta, sos una tejedora y escritora. Que hermosura y que emoción leerte, poder coincidir contigo, saber que vas a seguir encontrando y descubriendo a esas mujeres y relatando cosas hermosas. Lo que tú haces es reconocer y fortalecer ese poder femenino que todas llevamos dentro pero a unas nos cuesta más que a otras sacarlo hacia afuera y compartirlo. Reconocernos entre nosotras eso es sinónimo de valentía, de amor por la otra y por nosotras mismas, por nuestro linaje ancestral, por nuestras hermanas, madres, abuelas y todas las mujeres de la tierra.
Así que brindo por eso , por todas las mujeres con fuego en el corazón ❤️ Muchas gracias